Culturizar las 3 R
En el marco del Compromiso con la Sostenibilidad, estamos desarrollando el proyecto SIMBIOS, lo hemos activado el 7 de mayo 2013, es un proyecto de la F.C. Medioambiental La Tirajala.
En la actualidad nadie duda de la necesidad de una gestión ambiental bajo los paradigmas actuales de producción. La semana de debate temático: SOSTENIBILIDAD en la competitividad, criterio vital... es fiel reflejo de esa preocupación para ser sostenibles y competitivos como estrategia de supervivencia empresarial. Administraciones, universidades, expertos, centros de investigación, asociaciones de empresas han puesto el conocimiento a disposición de empresas para que sea aplicada y conseguir los retos establecidos.
No obstante, la estructura empresarial se ve absorbida por un cúmulo de requisitos, legales, fiscales, técnicos, estructurales, y un sin número de aspectos que deben contemplar para la realización de su actividad. Es así que bajo el paradigma actual de productividad y sostenibilidad, llega a ser un reto para las PYMES emprender acciones encaminadas a la eco-eficiencia, con la ventaja que suponen dichas actuaciones ya que supone un recurso técnico (no necesariamente económico) con el que no se cuenta o se desconocen los alcances y necesidades, sean estos económicos, estratégicos, económicos o fiscales, entre otros. Es así que toma importancia un proyecto como el de SIMBIOS.
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La mayoría de las definiciones de la RSE entiende este concepto como la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y relaciones con sus interlocutores.
La RS es uno de los principios esenciales de lo que se domina en términos empresariales "la nueva cultura de empresarial NCE"...
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La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ha provocado desde sus inicios en la década de los noventa, una importante atención por parte de la comunidad profesional y la sociedad, quienes la han contemplado con curiosidad y recelo a partes iguales.
Por una parte, levantó pasiones por parte de quienes vieron en ella una respuesta responsable del mundo empresarial a liderar una gestión más responsable y combatir los grandes retos a los que debemos enfrentarnos actualmente, como frenar los impactos negativos producidos por la globalización, la preservación del planeta o la lucha contra el cambio climático. La RSC no está reñida con la rentabilidad, sino con la forma en que las empresas obtienen sus beneficios.
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El trasfondo ideológico y ético que inspira el documento comunitario “estrategias de responsabilidad social”, conocido como Libro Verde de la RSE, apunta un cierto sesgo ideológico antiglobalización, entendemos que por los riesgos que acechan al propio sistema económico y por la trascendencia que revisten las actuaciones empresariales o corporativas y las personales para el medio ambiente.
Por ello, en gran medida, emana en la sociedad comunitaria una fuerte corriente ideológica que exalta la RSE con el propósito de afianzar su implantación y minimizar en la medida de lo posible los efectos de ese automatismo del mercado que no beneficia al medio ambiente. Instituciones, empresas e individuos cada vez más asumen que la RS es una exigencia inherente a todos por pertenecer a la vida social.
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En la medida en que el aspecto social va cogiendo relevancia, la terminología utilizada evoluciona hasta quedar generalmente asumido el término RSC (Responsabilidad Social Corporativa) para referirse al planteamiento de un proyecto de empresa con un compromiso claro con la sostenibilidad en el mercado, en la sociedad, y RSE (Responsabilidad Social de la Empresa) para referirse a la práctica de ese compromiso con la sostenibilidad en el ámbito de su organización.
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Hace aproximadamente 7 años, empezamos a hablar de la Responsabilidad Social Medioambiental (RSMA). Desde entonces no hemos parado de abordar el tema, pero ahora no pretendemos tratar de los problemas que conlleva implantar la RSMA, individual y colectiva, y en sus ámbitos interno y externo de la Empresa, sino subrayar la importancia que tiene la Innovación para impulsar una “Sociedad Activa” en este quehacer.
Los socios de la Fundación Canaria Medioambiental La Tirajala, hemos decidido poner a disposición de la sociedad canaria - ideas, conocimientos y recursos a favor del desarrollo de la Responsabilidad Social Medioambiental –, el objetivo de nuestra Fundación, y lo que, en suma, pretendemos con es que todos sus potenciales actores -instituciones, empresas e individuos-, se sumen a este objetivo fundacional y, a su vez, nos sumemos todos en un proyecto común. Un hecho Innovador, dado que no creemos que exista uno de estas características, tan integrador y comprometido con los Cambios y con el Medio Ambiente.
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Llevamos unos pocos años intentando impulsar la Responsabilidad Social Medioambiental, el propósito de la F.C. Medioambiental La Tirajala, y no acabo de contentarme del análisis de los motivos. Veamos:
A través de nuestras actividades hemos tratado de ahondar, con valores y principios, en las actitudes de Responsabilidad Social Medioambiental de la gente. Nos ayudó mucho activar Jornadas, Encuentros Ciudadanos, proyectos europeos y medios, boletines, web y otros, para visualizar y definir poco a poco el catálogo más factible de productos de La Tirajala. A mi modo de ver, uno de los envites más determinante e inspirador fue el proyecto Sociedad Activa hoy el impulso al RECICLAJE que estamos dinamizando junto con Ecoembes, que concibe un destino común, un enfoque que requiere un cambio en la mente y en el corazón, un nuevo sentido de interdependencia y de responsabilidad en el impulso de la Responsabilidad Social Medioambiental.
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El surgimiento de la conciencia ecológica no es algo que aparece de repente, sino que tiene un largo camino. Después de años de crecimiento surgen las primeras preocupaciones por el Medioambiente (MA), aparece cuestionado el modelo económico, del que se perciben injusticias sociales y desequilibrios ecológicos, y se presentan sombrías perspectivas sobre el futuro del planeta, especialmente por el incremento de la población y la escasez de las reservas energéticas y materias primas.
Poco a poco surge la conciencia de la crisis MA y aflora la palabra ecología. Paralelamente, se van acumulando datos que funcionan como señales de alarma e indicadores de la crisis MA, se entra en una época al que los medios de comunicación dedican grandes espacios informativos y de reflexión, en la que la moneda común son los aspectos; efecto invernadero, cambio climático, adelgazamiento de la capa de ozono, contaminación, desertización, pérdida de biodiversidad, residuos, etc. Se acentúa la conciencia de que no se puede seguir en la misma dirección.