La RSC / RSE en el contexto del desarrollo sostenible

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En la medida en que el aspecto social va cogiendo relevancia, la terminología utilizada evoluciona hasta quedar generalmente asumido el término RSC (Responsabilidad Social Corporativa) para referirse al planteamiento de un proyecto de empresa con un compromiso claro con la sostenibilidad en el mercado, en la sociedad, y RSE (Responsabilidad Social de la Empresa) para referirse a la práctica de ese compromiso con la sostenibilidad en el ámbito de su organización.

La responsabilidad social de la empresa –RSE-, también denominada responsabilidad social corporativa –RSC-, es un término que hace referencia al conjunto de obligaciones y compromisos, legales y éticos que se derivan de los impactos que la actividad de las organizaciones producen en el ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos.

Ahora bien, destacar que la misión esencial de la empresa es que sea competitiva, innovadora, eco-eficiente, rentable, etc. para que pueda satisfacer a sus clientes, empleados, proveedores, dueños... Hablamos de generar empleo y bienestar, lo propio y plausible. En principio la empresa no debe ser recargada con responsabilidades y obligaciones que realmente no tiene. Podría decirse que la RSE es mantenerse como empresa. La empresa no está obligada a tomar acciones de solidaridad social o de proyección hacia la comunidad, si lo hace, es voluntariamente y es muy loable que lo haga.

Lo cierto es que en un mundo globalizado y cada vez con mayor comunicación, se plantean dilemas y dificultades para identificar las acciones que deben adoptarse, pues éstas dependen de las expectativas, a veces contradictorias, entre los distintos sistemas de valores, la cultura o las creencias de la gente. Es de actualidad que hay que tener cierta sensibilidad a los grupos sociales porque el éxito de la empresa depende de su adaptación al medio en el cual opera. La experiencia apunta que las relaciones que tiene la empresa con sus stakeholders (interesados), accionistas, proveedores, clientes, empleados, las familias de los empleados y hasta los miembros de la comunidad, de la que es parte, deben ser muy abiertas al intercambio y participación tanto con sus empleados como con la comunidad.

Los grupos sociales han comenzado a ser cada vez más un factor esencial en el quehacer de la RSC. La empresa de hoy debe aprender a escuchar a dichos grupos, pues están orientando e influyendo sobre el pensamiento y las posiciones de la sociedad. Es una realidad que inversionistas y consumidores han comenzado a manifestar la preferencia por empresas que cumplen o satisfacen un cierto número de normas de conducta consideradas “socialmente responsables”. Además, cada vez es más evidente que una buena conducta corporativa no perjudica a los resultados financieros sino, por el contrario, en la mayoría de los casos, los mejora.