Los problemas medioambientales han irrumpido en nuestra vida de manera inapelable: el cambio climático, el consumo de los recursos naturales, las energías fósiles o la contaminación producida por la actividad humana forman parte del quehacer diario, si queremos salvar al Planeta. El hecho es que sólo nos queda disminuir sus niveles, adaptarnos a la nueva situación y mitigar sus efectos para que no sean catastróficos.

Tenemos que esforzarnos para que no prevalezca la insensatez. Cuidar el Planeta es un deber de todos y eso sólo es posible si arrimamos el hombro para disminuir considerablemente lo que le perjudica, dado que más que una crisis es algo que todo apunta a que sea irreversible.

Se suele celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente o de las Energías, entre otros. Es justo reconocer el interés por la defensa y promoción del medio ambiente en nuestro planeta. Por ello, queremos reconocer esa labor que hacen las organizaciones canarias involucrándose, con los cinco sentidos, en la defensa de nuestro Medio Ambiente con un único objetivo: salvaguardar para futuras generaciones el legado que nos prestaron nuestros mayores y antecesores. Precisamente, algunas de esas entidades están adheridas a la Carta del Compromiso con la Sostenibilidad. En este sentido, quisiéramos destacar que este legado lo tenemos en préstamo de las generaciones futuras, es decir, todos somos corresponsables de su salud y, si miramos lo que estamos haciendo, debemos reconocer que les estamos traicionando.

Pocas organizaciones medioambientales canarias se involucran en proyectos de custodia del territorio o en labores de regeneración ambiental, presumiblemente por falta de recursos y cooperación entre instituciones, empresas y el tercer sector. En estos proyectos, personas voluntarias y otros profesionales promueven la repoblación de decenas de árboles autóctonos, cuyas raíces estabilizan el suelo, mantienen la vegetación y eliminan otras especies invasores tan dañinas para la biodiversidad. El impacto paisajístico de muchas infraestructuras ha propiciado el empuje de estas organizaciones, colectivos dedicados a la protección y conservación de nuestro variado paisaje natural o paisaje humanizado, para que su visión perdure al paso de nuestra generación. Asímismo, es de destacar, las organizaciones de agricultores que se baten a diario en contra de las reglas del mercado en la defensa de productos autóctonos, cultivados con prácticas tradicionales, biológicas y sin alteraciones genéticas, cuyo resultado permite degustar alimentos sanos y saludables.

Queremos mostrar nuestra admiración por ese trabajo y recalcar que hay que seguir dedicando los cinco sentidos a esta la lucha y defensa por un Medio Ambiente de calidad.