El resurgir del patrimonio Parte IV

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Nos ha venido al pensamiento la puesta en marcha de una asociación específica que podría apostar por un turismo de cuarta generación, es decir, el que se distancia de las masas y de los patrones estandarizados. Tejer una red de colaboración entre empresas de distintos ámbitos como, el deporte, la cultura, la gastronomía, la agricultura, el medio rural y, por qué no, marino, la pesca y la biología marina, con el fin de convertir a Tenerife en un lugar diferenciado. Un proyecto que su punto de partida es someterlo a un análisis exhaustivo de los recursos, algunos se deberían transformar en productos adecuados. Así, los turistas y no turistas que busquen lugares que aporten vivencias auténticas de la cultura local, encuentren esas exigencias. Incluso sus actividades podrían propiciar su autofinanciación.

En ese sentido, el Clúster Rural podría desempeñar un papel destacado cuando el programa se estableciera. Lo propio serían iniciativas relacionadas con lo rural y marino. Rutas de todo tipo con el propósito de dar a conocer la historia, la cultura, las tradiciones, etc., promocionando siempre la gastronomía. Programas que, en ciertos casos, deberían ser contratados a través de agencias de viajes, o bien, a través de una agencia específica especializada en periplos de aventura y descubrimiento, y otros modos. Puede que si no se activara dicha asociación e integramos el programa de turismo de cuarta generación en las actividades del Cluster Rural, lo marítimo no cuadre con el nombre de Clúster Rural, aunque lo marítimo no tenga tanto protagonismo en el programa de actividades, de cualquier manera, hay que valorarlo.

El ecoparque, centro de biodiversidad, centro de recursos medioambientales, que destacamos en el artículo del Clúster Rural, nos gustaría que fuera activado por el Clúster Rural, dado que dicho Centro de Recursos podría potenciar y favorecer el propósito de dicha actividad y el del propio Clúster Rural. Un espacio abierto al público donde cualquiera pueda recorrer los diversos espacios del parque; huertas ecológicas, animales, pozos de agua, sistemas de recogida de agua para riego, energías renovables para entender el funcionamiento de las energías renovables, zona de niños y educación inter-generacional, venta productos ecológicos, zona de eventos y otros espacios que vayan aflorando. Un enorme escaparate dedicado a la promoción de la cultura verde aunque los ritmos serán muy importantes para abordar un proyecto de estas características.

Nuestra intención es que la gente sienta este lugar suyo, y que incluso sea posible exponer manualidades de reciclaje y otros aspectos pero siempre con la componente de sostenibilidad, o simplemente, para pasar un buen rato charlando, chascando, visitándolo con amigos y familiares... Un centro que buscara desmarcarse del turismo clásico, de la férrea globalización, generaríamos nuestra propia cultura de souvenirs, prevaleciendo la artesanía a la tecnología, lo cercano a nuestra tierra, en donde, la cooperación sería el punto fuerte del proyecto, el cruce de ideas, conocimientos y/o recursos.

Un parque temático ideado para que el turista y la ciudadanía pasen de la sensibilización y la información a tener prácticas del modelo de vida sostenible. Y, para ello, se ofrecería información, asesoramiento y formación sobre, las tecnologías y prácticas sostenibles y sobre, la cultura y tradiciones canarias.

Un proyecto sostenible, autogestionado, autóctono y participativo, esas son las líneas sobre las que se fundamentaría el proyecto que agruparía a diversas Entidades, Empresas y profesionales del sector primario y otros tal como comentamos en el artículo Clúster Rural: Parte III.