¿En dónde está la Cooperación?

Es necesario el diálogo entre instituciones, empresas y ciudadanía para diseñar proyectos de desarrollo sostenible e impulsar la cultura de la Responsabilidad Social Medioambiental. Aunque hay cierta conciencia del problema, me preocupa la falta de acuerdos cooperativos para dar respuesta a la coyuntura medioambiental en la que nos encontramos, que atañe cómo mejorar las actividades para que la actividad económica reduzca sus emisiones de gases de efecto invernadero, así como cuidar el medio ambiente en la vida cotidiana, tanto dentro como fuera dle entorno laboral. No debemos olvidar, en una crisis tan grave, que la sociedad necesita esperanza.

La cooperación, con su efecto dinamizador, era un pilar a la hora de afrontar situaciones como las que vivimos, pero parece que ha quedado desterrada de la sociedad desde hace varios años. Sin embargo, debemos recuperar ese pensamiento, ahora, con los recortes del gasto y deuda pública, es más importante que nunca apoyarnos y cooperar entre nosotros. El enfoque debe ser estratégico, las instituciones tienen que tener en cuenta a los actores clave, al tejido empresarial y las ONGs del sector ambiental, para que entre todos podamos afrontar las necesidades de nuestro territorio.

El desarrollo de políticas sociales es esencial, aunque no suficiente. Es necesario sentar unas bases para establecer proyectos específicos y adoptar actitudes acorde con la responsabilidad social medioambiental, solo de esta manera podremos asegurar la supervivencia del Estado del Bienestar, porque no se puede negar la vinculación entre sostenibilidad, innovación y competitividad.

Se vislumbra la construcción de un escenario de diálogo para decidir cómo impulsar y mejorar la Ecoeficiencia en nuestro territorio, en el que se aspira contar con la participación de instituciones, empresas y profesionales que muestren su punto de vista y aporten posibles soluciones. La adhesión a la mesa de diálogo de entidades que no sean públicas será acogida por la sociedad con esperanza, ya que la apuesta exclusiva de las vías públicas, no es suficiente para minimizar los impactos empresariales y medioambientales. Estoy convencido que la adhesión de grandes empresas y el tercer sector a la mesa de diálogo situará el proyecto en un escenario que potenciará el objetivo.