Los efectos del cambio climático son ampliamente conocidos y también estudiados. A pesar de ello, muchos ciudadanos siguen sin creer que, si no se llevan a cabo políticas y actuaciones individuales que disminuyan la temperatura de La Tierra, la sociedad tal y como la conocemos está amenazada.
En los últimos años y, sobre todo, en los últimos meses, se han venido observando distintos fenómenos meteorológicos adversos que, si bien podemos considerar advertencias de lo que puede llegar a ocurrir, ya están comenzando a ser devastadores para la población.
Un claro ejemplo de esta drástica situación es el tornado que arrasó recientemente la ciudad de Foshan, en China. Afortunadamente, no dejó víctimas mortales, pero sí gran cantidad de destrozos, entre los que se incluyen casas destruidas en su totalidad.
También las recientes olas de calor han afectado a toda la zona peninsular, donde las temperaturas se han elevado hasta los 40 grados en comunidades autónomas que no tienen historia de veranos tan calurosos, lo que implica sequías en las cosechas y golpes de calor, tanto en personas como en animales.
Estas anomalías climáticas no solo dañan a la población, sino que suelen tener efectos a medio o largo plazo difíciles de ver, como puede ser el impedimento de cosechar más adelante o la falta de recursos económicos para reconstruir las infraestructuras, lo que retrasa el avance social de las zonas afectadas.
Sin alejarse de España, el pasado año la borrasca Filomena puso en jaque durante varios días a la mayoría de las comunidades españolas con fuertes lluvias, vientos e incluso nevadas que mantuvieron a miles de personas retenidas en las carreteras y las casas. Este hecho estropeó grandes cantidades de cosechas, lo que influyó enormemente a los agricultores y ganaderos españoles, que vieron sus ingresos y formas de vida gravemente afectados.
Hace tan solo unas semanas, Estados Unidos sufrió extremas inundaciones, algo a lo que sus habitantes empiezan a estar acostumbrados y que, en cuestión de horas, elevó los niveles de ríos y embalses, que destruyeron casas, cosechas y otros edificios de la población al desembocar. A lo largo de su historia, el país norteamericano también ha vivido numerosos fenómenos meteorológicos adversos, como huracanes u otras inundaciones. Su situación es uno de los mayores ejemplos del futuro que le espera a la raza humana si continúa manteniendo su producción habitual.
Afortunadamente, las generaciones jóvenes están tomando conciencia del planeta que les espera si no se produce un cambio inmediato. Por ello, se han generado movimientos sociales muy potentes, como Jóvenes por el Clima, encabezado por la activista Greta Thumberg, que ha conseguido llegar a los mayores órganos institucionales para advertir de que las actuaciones de los gobiernos no están siendo capaces de frenar la contaminación generada por el cambio climático.