Dudas habituales sobre el compostaje

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En artículos anteriores hemos analizado en qué consiste el compostaje, un proceso de transformación que permite obtener abono natural a través de un compostador, sin ningún tipo de mecanismo. No obstante, aún quedan muchas dudas por resolver en torno a esta fórmula ecológica, que además contribuye a la reducción del volumen de residuos que se llevan a vertederos e incineradoras.

La primera de las cuestiones que trataremos será la duración del compostaje. Siempre habrá que tener en cuenta el volumen y la cantidad de restos vegetales acumulados pero, como norma general, suele dejarse pasar entre tres y cuatro meses desde el inicio a la recogida del compost.

No obstante, será recomendable un control periódico para comprobar si ya se ha logrado un color óptimo, que suele ser marrón oscuro, y si no se reconocen los restos depositados hace un par de meses, transformados a lo largo de este procedimiento.

Una vez superado este paso, muchos ciudadanos creen, de manera errónea, que hay que agregar algún tipo de producto químico. Este proceso natural no precisa de aditivos. Únicamente, algunos expertos sugieren un acelerador biológico de compostaje, en caso de querer reducir el tiempo de espera de 4 a dos meses, con los riesgos que ello supone. Del mismo modo, se ha sugerido que los restos de cocina acelera mucho la descomposición de residuos de jardín, aunque siempre se deben mezclar bien.

Otro de los aspectos que se suele abordad es la necesidad o no de regar el compost. Por norma general, no suele ser necesario si el compost se encuentra a la sombra o en zonas en las que el sol no llegue directamente. No obstante, dependiendo si la zona cuenta con un clima seco o húmedo, puede humedecerse con moderación.

Habitualmente, los vegetales aportan el agua necesaria para que se complete el procedimiento. Además, las gruesas paredes de los compostadores permiten que se mantenga la temperatura y la humedad  constante a lo largo de todo el año. Tal es así, que se puede observar como el calor que desprende el proceso se condensa en la tapa del compostador y vuelve a caer hacia el interior en forma de agua. En ocasiones, una cantidad considerable de hojas secas también puede contribuir.

Otro de los errores más comunes es añadir tierra al propio compostaje, cuyo peso impide que la circulación de oxígeno sea la óptima. El objetivo es recoger abono 100% y no una mezcla de abono y tierra.

Todos necesitamos ir paso a paso conociendo el funcionamiento y las ventajas que obtenemos a través de estas prácticas, pero siempre bajo una serie de parámetros que aseguren el efecto de este procedimiento.