El objetivo último del Compromiso con la Sostenibilidad es tener más IMPACTO. Por ello, hemos de estimular procesos de Innovación Abierta dado que su meta es poner en práctica un programa, que implica conectar con esa masa crítica de actores para que, a través de la colaboración, emerjan ideas, productos y proyectos lo más inteligente posible.
Se trata de compartir ideas, conocimientos y recursos, de invitar a los participantes a degustar los ingredientes de una metodología basada en la Colaboración; en la capacidad del grupo de crear un ambiente de bienestar por el progreso de proyectos esenciales, un espacio que se convierte en un ámbito nutritivo para experimentar las habilidades camufladas que tienen los/as participantes, es decir habilidades que se tienen pero que resultan muy difícil de explotar por la escasez de recursos que se necesitan para impulsar, en nuestro caso, Proyectos MA.
El objetivo de la Colaboración es adquirir más prestaciones y conocimientos. ¿Pero cómo hacer llegar las ideas, conocimientos y recursos?
Para contestar a la pregunta necesitamos abrirnos, es decir, hemos de aflorar las ideas y los conocimientos y compartir recursos para posicionar los proyectos. Las personas se crecen a través de la Colaboración, se quedan con lo que hacen, con lo que trabajan, descubren, arriesgan, escuchan, presentan, comparten... Se producen dinámicas con el deseo de invitar a los participantes a que tomen la decisión de compartir porque hay que avanzar. El grupo se convierte en un trampolín de apoyo para que cada uno/a trabaje sus habilidades.
El comienzo suele iniciarse con una dinámica de descolocación. Venimos no solo a escuchar, escribir, venimos a hacer, a ser, a mejorar para construir, con necesidad de reciclar miedos y formas de pensar que limitan no sólo nuestra capacidad de dinamizar proyectos sino nuestras relaciones y como personas.
Al colaborar nos quedamos con la parte emotiva es lo que implica trabajar en confianza, en formar parte de un grupo que no se quiere perder la experiencia de atreverse a experimentar en grupo lo que se propone. La clave de fomentar este atrevimiento a lanzarse está en respetar la capacidad de querer participar. La persona es la que elige y ello dispara la capacidad de querer lanzarse a probar. Hay una sensación constante de que cada momento es único y no vuelve y la mayoría de las personas deciden no dejarlo escapar.
Las personas, dicen ellas mismas, que se quedan después de la Colaboración con una mayor capacidad de mirarse a sí mismos y de descubrir hacia donde quieren ir. Por ello, suele tener un efecto secundario de orientación en la propia vida, un análisis de “quién soy y hacia donde apunto y donde aterrizo”. Otro efecto secundario es el aprendizaje.
El objetivo de la Colaboración es ayudarnos a posicionar el futuro que queremos construir. El futuro que estamos dispuestos a hacer posible descubriendo lo que siempre ha estado dentro de nosotros/as.
Hay veces que nos preguntamos porque estamos impulsando y trabajando en este quehacer, la respuesta siempre es la misma, porque es muy nutritivo y placentero.