Almacenaje de residuos no reciclables

Desde principios de 2014, Santa Cruz cuenta con un atractivo turístico más para la ciudadanía y los visitantes que lleguen a la capital de la isla de Tenerife, el Palmetum. Se trata de un jardín botánico de 12 hectáreas de extensión, especializado en la familia de las palmeras, constituyendo un proyecto único en el mundo. La obra ha supuesto la transformación de un vertedero de basura en un espacio verde para el ocio y la cultura botánica, dotado de una vegetación espectacular, fruto de colaboraciones con numerosas instituciones de todo el mundo. Un ejemplo extraordinario para emular en otros lugares del planeta.

El Palmetum demuestra que existe una alternativa a incinerar o difundir los residuos no reciclables, a través de la estabilización y adecuación de los mismos para convertirlos en un elemento de relleno destinado a la restauración de espacios degradados. En otras palabras, se almacena este material en lugares adecuados como los pedregales, en "espacios propios".

Existen otras alternativas para "Que los desechos cobren vida". Lo acertado sería activar un plan que permita mejorar las tasas de reciclaje y restaurar espacios degradados tratando el material no reciclable. En base a las previsiones, de lo que se va a recoger, se debería apuntalar proyectos o micro-proyectos. Tratar la fracción no reciclable sería la meta.

Un plan que conlleva construir plantas en las que se maximizaría la recuperación de materiales no reciclables se podría aprovechar para recuperar algo de material reciclable, algo que tecnológicamente es posible, reduciendo así el resto. No nos referimos a construir plantas para tratar la materia orgánica sino a tratar todo el material restante. Con ello, la materia orgánica que exista ayudaría a estabilizar el material que se destinaría a la restauración de espacios degradados. Insistimos en el concepto de que, en lugar de incinerarlos o esparcirlos, sería mejor "estabilizarlos" y posteriormente trasladarlos a los espacios degradados y, así, poco a poco, con otras actuaciones complementarias, ir posicionando el espacio degradado en cuestión.

Esta formulación se basa en utilizar balas de residuos estabilizadas para el relleno de espacios naturales degradados. Este sistema está siendo utilizado en varios países europeos y en espacios tan específicos como explotaciones mineras a cielo abierto. La elección del terreno en Canarias no es un tema tan fácil, por lo que una de las particularidades del nuevo plan sería que no tengan que ubicarse las infraestructuras en un solo sitio, sino que se optaría por un sistema "semidescentralizado". Estas plantas darían salida a las toneladas de desechos que no se recogen de manera selectiva

Este plan precisaría de uno o dos años para la puesta en marcha de infraestructuras de baja inversión y tecnología simple. Alargaríamos el plazo a tres años, como mínimo, en el caso de plantas más complejas. Si se quisiera reducir al "máximo" esa fracción restante, el plan propondría además la constitución de un centro de investigación para el estudio y recuperación de esa fracción residual. De esta manera se detectarían cuáles son los residuos más problemáticos que dificultan aumentar la recogida selectiva hasta tasas superiores a la media y actuar en consecuencia.

La ventaja principal del plan sería que permitiría cerrar algunos vertederos, o bien minimizar la fracción restante, además de recuperar espacios degradados y, en su conjunto, reducir el impacto ambiental.