Reciclaje de medicamentos

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Los medicamentos, debidamente administrados, cumplen la función de velar por nuestra salud y atender a los síntomas y patologías que nos afectan a lo largo de nuestra vida. No obstante, una vez usados o caducados, se convierten en un residuo que si no se atiende debidamente pueden convertirse, paradójicamente, en un claro perjuicio para nuestro medioambiente y nuestro organismo.

Muchas farmacias, a pesar de nuestro desconocimiento general sobre su habilitación, han dispuesto para sus usuarios unos contenedores especiales con los que poder almacenarlos y tratarlos debidamente para su reutilización. Esta cadena de recogida no ha llegado a muchos hogares que aún tiran estos productos a la basura, mezclándolos con otros residuos altamente contaminantes.

Por ello es aconsejable que en nuestra siguiente visita a la farmacia aprovechemos el trayecto para deshacernos de los medicamentos ya empleados o en mal estado. Se convierte en una situación inmejorable para realizar un repaso a nuestro botiquín y hacer una limpieza de elementos que ya no nos sean útiles. Esta práctica recomendable evitará el consumo de productos que puedan atentar contra nuestra salud por un uso incorrecto o por su estado de conservación.

En la mayoría de los casos, los medicamentos depositados en el contenedor son recogidos periódicamente y trasladados a una planta de selección y clasificación, donde serán divididos según el tipo de material del envase y puestos a disposición de plantas especializadas para su reciclado. Además, los restos de medicamentos serán eliminados mediante gestores de residuos autorizados que aseguran su correcto tratamiento de acuerdo con la legislación vigente.

Estos contenedores no aceptan todo tipo de productos. Elementos como termómetros, prótesis, radiografías, agujas y otros múltiples objetos no se incluirían en este grupo de elementos reciclables. Su recopilación se reduciría a los envases vacíos de medicamentos, recipientes con restos de medicamentos y productos caducados relacionados con el sector.
Por último cabe destacar que en 2013, tal y como se recoge en la 'Memoria de Responsabilidad Social Corporativa' de ese mismo año, este tipo de prácticas medioambientales han aumentado un 21% respecto a 2012.