La moda se nutre de restos de comida

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La palabra “reutilizar” es uno de los conceptos clave dentro del diccionario del medioambiente y el reciclaje. Dicho término aúna múltiples prácticas respetuosas con el entorno y beneficiosas para la salud de nuestro planeta. Hasta ahora lo hemos utilizado para explicar la segunda vida que se le otorga a residuos como el plástico, cartón, papel y elementos comunes similares pero, en esta ocasión, vamos a extenderlo a un mundo duramente criticado por colectivos ecologistas como es el de la moda.

La conciencia eco se ha hecho notar recientemente en la conocida Expo de Milán 2015, gracias a la exposición francesa presentada bajo el lema Nutrir el planeta, energía para la vida. Esta muestra incluye diferentes proyectos de jóvenes diseñadores que se han propuesto demostrar que es posible hacer moda a través del aprovechamiento de desechos vegetales y animales provenientes de los restos de comida.

Inicialmente puede parecer una idea descabellada y propensa al rechazo, pero los integrantes de este proyecto han logrado cosechar un inesperado éxito por la revolución que supone dentro del mundo de la moda y el mensaje que contiene esta propuesta de cara al futuro.

Diseñadores de la talla de Colaie Marabelle, Design Percept o Christine Phung han integrado en sus diseños tintes naturales de posos de café, plumas de gallina, restos de cosecha de naranja y remolacha o colágeno de pescado, junto a otros elementos como la corteza de árboles, las ortigas, las hojas de plátano secas, etc.

Del mismo modo, se ha recurrido a residuos agroindustriales procedentes de plantaciones de limón, piña, algas, setas, soja, maíz, así como subproductos de la producción del vino, cerveza o incluso del marisco, para concebir nuevas fibras textiles.

Todos estos elementos reutilizados provienen de todos los continentes y han sido estudiadas por investigadores de todo el mundo con el objetivo de encontrar soluciones para conseguir que la industria textil logre ser más responsable y sostenible.

Uno de los referentes mundiales en este tipo de moda es la empresa española Ecoalf, pionera en la visión de productos sostenibles, y que reutiliza para sus prendas desde neumáticos usados hasta botellas de plástico. Su fundador, Javier Goyeneche, ha insistido siempre en que el lema de la compañía sea la reutilización de materiales y no “la explotación de los escasos recursos naturales del mundo de forma indiscriminada”.

Pocos podrían pensar en un cambio de rumbo tan drástico en el mundo de la moda, pero lo cierto es que todos los sectores parecen haber despertado esta mirada ecológica con el objetivo de que pequeños gestos sumen a una gran causa que nos afecta a todos.