El reciclaje de pilas

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La práctica del reciclaje aporta múltiples beneficios para el medioambiente, pero existen casos específicos en los que tiene mayor relevancia por los materiales que conforman esos residuos. Este es el caso de las pilas y baterías, las cuales cuentan con productos altamente tóxicos.

Cabe recordar que alguno de los componentes de las pilas no sólo son contaminantes para el medioambiente (ecotóxicos), sino que son nocivos para el ser humano. Por todo ello, su manejo y eliminación han de cumplir las normativas que viten riesgos para la salud de los ciudadanos y el deterioro del planeta.

Alrededor de este hábito particular existe una carencia de formación y concienciación de la ciudadanía, acompañado de una falta de contenedores e información sobre estos elementos y los perjuicios que provocan a nuestro entorno en caso de no ser reciclados. La normativa actual indica que el color asignado a este tipo de basura es el rojo, pero muchos establecimientos adecuan estos recipientes a las características del local.

Algunos comercios y, más especialmente, grandes superficies, son los enclaves más comunes de estos contenedores adaptados, que luego trasladan esas pilas y baterías acumuladas a empresas privadas para su posterior reutilización. Canarias no cuenta con una amplia red de puntos de almacenaje pero si tiene a disposición de los usuarios una red insular de Puntos Limpios, alternativa clara para su acumulación y que abarca municipios como Adeje, Arona, Buenavista del Norte, Güímar, La Guancha, La Laguna o La Orotava.

El caso de Canarias es precario, pero a nivel nacional se da el caso de que se cuenta con uno de los mayores ratios de recogida de pilas del panorama europeo, según Eurobat, sólo superado por Bélgica, Rumanía, Holanda, Alemania y Dinamarca.

Uno de los ejemplos de ese compromiso lo vemos en la Universidad de Málaga, donde una exalumna y cuatro profesores han liderado un proyecto innovador que plantea un procedimiento químico capaz de separar los componentes de las pilas y darle salida por separado en el mercado para que tengan una segunda vida.

No obstante, al igual que en el resto de ámbitos, hay mucho terreno por cubrir aún. Un estudio hecho público por la European Portable Battery Association (EPBA) pronostica que la mayoría de los estados miembros no podrá cumplir con los objetivos de recogida del 45% de las pilas puestas en el mercado para 2016.